
Había pasado menos de una semana del triunfo de Barack Obama en la elección de los Estados Unidos cuando la imagen fue publicada. En ella aparecía el ex candidato bajando de una camioneta. La calidad del video no era la mejor y la toma parecía más propia de un paparazzi que de un reportero de política. En sí misma, la escena no aportaba mucho de no ser porque Obama cargaba su maleta al bajar del automóvil.
Y eso qué, me dirán. ¿Cuándo han visto a Felipe Calderón, Vicente Fox, George W. Bush o Bill Clinton llevando algo entre sus manos? El poder suele ser una especie de madre protectora que le resuelve la vida a los altos funcionarios. Dejan de llevar su ropa a la tintorería, se olvidan de tener que conducir el coche a la verificación y por supuesto, no se detienen al cajero para sacar dinero. Por eso la mochila de Obama era significativa. Lo mostraba como un hombre común y corriente y no como el futuro Presidente de los Estados Unidos.
Desconozco si se trató de un acto premeditado, calculado como un recurso de comunicación o si fue un gesto espontáneo. En cualquier caso nos recuerda un axioma de estos temas: todo comunica. Ya veremos si la estampa se repite o si en algunos meses cuando Obama se vuelva un ser lejano del ciudadano común, alguien le recuerda cómo cargar una maleta. O al menos cómo posar para la foto.
Y eso qué, me dirán. ¿Cuándo han visto a Felipe Calderón, Vicente Fox, George W. Bush o Bill Clinton llevando algo entre sus manos? El poder suele ser una especie de madre protectora que le resuelve la vida a los altos funcionarios. Dejan de llevar su ropa a la tintorería, se olvidan de tener que conducir el coche a la verificación y por supuesto, no se detienen al cajero para sacar dinero. Por eso la mochila de Obama era significativa. Lo mostraba como un hombre común y corriente y no como el futuro Presidente de los Estados Unidos.
Desconozco si se trató de un acto premeditado, calculado como un recurso de comunicación o si fue un gesto espontáneo. En cualquier caso nos recuerda un axioma de estos temas: todo comunica. Ya veremos si la estampa se repite o si en algunos meses cuando Obama se vuelva un ser lejano del ciudadano común, alguien le recuerda cómo cargar una maleta. O al menos cómo posar para la foto.
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